conociendo tanto y tan poco.
Basta un respiro, un guiño,
el aire.
Mi mundo es parte del tuyo.
Y sin saber nada, de pronto,
tus labios relatan mi vida.
Ni aún las palabras,
un solo beso.
Compartimos miel
y dulzura;
Y fuimos una miel en goteras
Resbalando por sabanas,
y pieles;
Y nos embriagamos en cada gota,
y fuimos uno,
de nuevo;
Y solo nos separaba una lengua,
que intentaba unirse,
la mía con la tuya;
Y nuestro brillo lo robó la luna
Cargada de tus ojos y sueños;
Y fui sola de nuevo, y mi boca
no hallaba tus besos.
Y te hallé en la luna cantando.
Placeres con mieles distintas,
y besos ajenos.
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