Me quedé sin palabras en ese momento. Miré a todo el mundo con cierta expresión de lástima en los ojos, sin entender el significado de lo que me decían. Moví por inercia mi cabeza, como perdonando a todo aquél que participó de la escena, y soltando un gran y meditabundo suspiro, caminé. Un paso siguió al otro hasta llegar a un lugar donde nadie me veía. Cuando ya no supe si quiera dónde estaba, caí sobre mis rodillas y conversé con Dios.

sábado, 22 de octubre de 2011

Fluye, haz lo tuyo





Que tierno que iluso como si al tocar el fondo los deseos se cumplieran pasar el día acompañado del tortuoso ruido que reproduce tu hambre ahorrar una moneda no sirve de mucho como si supieras lanzar si quiera un dado crees capaces a tus manos de decidir por Dios y si toca la superficie del agua y se niega a hundirse que te cuenten los millones de monedas de la fuente lo patético de que llores es que yo también lloraría cuando la moneda toque el fondo me dirás tu deseo yo soy tu deseo todos me dicen que soy insegura no soy tu deseo verdad planear la vida con una persona que conoces hace dos años y solamente porque sabe cocinar sabes que estás equivocado la fuente lo sabe la moneda lo sabe incluso ella mira como grita mientras se hunde sabe que no influirá en tu vida por qué no lo sabes tú también que tierno no entiendes nada me duele respirar quién te enseñó a creerle a la superstición cara no significa nada en tu vida sello no significa nada en tu vida quedate maldición mis abrazos son tan fuertes como cualquiera que hayas recibido por favor toma un taxi y dejale todo el cambio no te quedes con monedas tampoco billetes no no mires la fuente mirame mirame a mi que tapo tus ojos mientras intentas lanzar

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