Me quedé sin palabras en ese momento. Miré a todo el mundo con cierta expresión de lástima en los ojos, sin entender el significado de lo que me decían. Moví por inercia mi cabeza, como perdonando a todo aquél que participó de la escena, y soltando un gran y meditabundo suspiro, caminé. Un paso siguió al otro hasta llegar a un lugar donde nadie me veía. Cuando ya no supe si quiera dónde estaba, caí sobre mis rodillas y conversé con Dios.

sábado, 22 de octubre de 2011

Cianuro.




Estás buscando un nombre,
hay grillos cantando en tu silencio.
El sol está brillando pero
el frío 
te partió los labios,
se volvieron secos,se volvieron inviernos.
Destilan inexperiencia,
telarañas saladas sus comisuras enreda
¿Qué guardan, sino las ganas?
¿Qué ganas, sino las de recitar?
el nombre inexplorado impera.
Se apoderó de ti,de tu redacción
¡Allá va corriendo! casi lo alcanzas
pero los grillos te ensordecen,
tus labios caen a pedazos,
perdiste el ritmo de las noches 
ya la oscuridad avanza.
Las arañas se evaporaron,
veleidosas impregnaron tus huesos,

ahora inútiles, carcomidos, secos.
¿De qué sirve un nombre,
si no mueve una estrella?

¿Aún mas, de qué un hombre
que no entibia la tierra?

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