Me quedé sin palabras en ese momento. Miré a todo el mundo con cierta expresión de lástima en los ojos, sin entender el significado de lo que me decían. Moví por inercia mi cabeza, como perdonando a todo aquél que participó de la escena, y soltando un gran y meditabundo suspiro, caminé. Un paso siguió al otro hasta llegar a un lugar donde nadie me veía. Cuando ya no supe si quiera dónde estaba, caí sobre mis rodillas y conversé con Dios.

miércoles, 10 de octubre de 2012

nudo






   Si en algún lugar del mundo justo en este momento te estás acordando de mi, quiero que lo hagas con toda la intensidad que puedas. Quiero que me necesites tanto al punto de provocar una tormenta de antología, que caigan rayos, que el mar cobre venganza, que el viento te empuje y te caigas, que la sal de mis lágrimas se confunda con la lluvia que te moja, y que tú no existas y que yo tampoco, que pierdas la razón, que no sepas si es ésta la realidad o uno más de tus delirios, que te rías de la nada, que me sofoques, que me duela, que todo lo que nos rodee sea locura y me veas entre tus ojos.
 
   Si en algún lugar del mundo justo en este momento te estás acordando de mi, quiero que algo nos una.

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